Entre los jóvenes fundadores de las JONS en Bilbao hemos citado en varias ocasiones a los hermanos Ángel Y Gregorio Santos Crespo. Al primero de ellos ya le dedicamos una entrada específica en el Blog. En esta ocasión y gracias a un colaborador, familiar suyo y que nos ha aportado todo la información de la que dispone, intentaremos hacer una pequeña reseña biográfica del segundo de los hermanos.
Gregorio nació en la anteiglesia de Begoña el día 17 de noviembre de 1918 y era el hijo menor del matrimonio formado por Bernardino Santos y Ceferina Crespo. Como ya comentábamos en la entrada dedicada a su hermano mayor, la familia Santos podría encuadrarse en la pequeña burguesía comercial urbana burgalesa. Su padre había regentado en la ciudad castellana varios locales hosteleros, de alimentación y bebidas y la familia decidió trasladarse a Bilbao a finales de 1917 para emprender nuevos negocios, coincidiendo con el empuje económico que en esos años desarrollaba la villa del Nervión. El padre de Gregorio, ya en Bilbao siguió dedicándose a la hostelería, explotando varios locales a lo largo de los años siguientes, hasta que, víctima de una cruel enfermedad, tuvo que ser ingresado en un centro sanitario durante varios años, donde fallece en 1930.
La familia Santos Crespo no se había significado políticamente por aquel entonces pero podría posicionarse dentro de un conservadurismo tradicional, más acentuado quizás en el caso de la familia materna, de ideología carlista. La familia tenía, asimismo, cierta tradición militar con algunos de sus miembros encuadrados en el Ejército.
Gregorio y su hermano mayor, Angel, fueron unos de los jóvenes precursores que en noviembre de 1932 prepararon la fundación de las J.O.N.S. en Bilbao en los soportales de la Iglesia de San Vicente de Albia y el 7 de octubre de 1933, aniversario de la batalla de Lepanto, en el frontón del colegio de los Jesuitas del barrio de Indautxu, participaron en la constitución de manera formal las JONS en Bilbao. Gregorio contaba con 15 años. Su hermana mayor, Emilia, sería también una de las fundadoras de la Sección Femenina en Bilbao ; a ella dedicaremos una futura entrada en el Blog. Curiosamente y de forma inexplicable, ni Gregorio ni su hermano Ángel son citados en la Tesis de Iñaki Fernández Redondo “El proyecto fascista en el País Vasco, 1933-1945”, defendida en 2018, entre los afiliados a Falange anteriores a la Guerra Civil, aunque sí cita a su hermana.
De aquellos primeros años desconocemos su actividad, pero es totalmente seguro que acompañara a su hermano mayor en algunas acciones, pero, a diferencia de éste, nunca fue detenido. Tras el fracaso del alzamiento militar del 18 de julio de 1936 en Vizcaya se produjo una detención masiva de militantes falangistas. Gregorio el día 19 de julio fue conducido primeramente al Cuartelillo de Seguridad de Bilbao y posteriormente confinado con su hermano Angel en el Barco-prisión “Altuna-Mendi”, concretamente en la bodega de popa.
El 25 de septiembre de 1936 milicianos asaltaron tanto el “Altuna-Mendi” como el “Cabo Quilates”. En el “Altuna-Mendi” todos los prisioneros fueron subidos a cubierta y se los obligó, bajo amenaza de una ametralladora, a permanecer varias horas con los brazos en alto, cesando este suplicio a la una de la tarde. Cuatro horas después se procedió al asesinato de los que habían sido elegidos, a los que se dio muerte en dos grupos de 14 y 15 presos, disparando sobre ellos con fusil, pistola y pistola ametralladora. Así perecieron aquel día en este barco-prisión 29 presos. Los hermanos Santos logran sobrevivir a tal asalto.
Para evitar que volvieran a producirse hechos similares, el Gobierno de Euzkadi decidió trasladar los presos a Bilbao, dónde se creía que tendría más controlada la situación. Además de la Prisión Provincial de Larrínaga, se habilitaron como cárcel tres edificios cercanos a la misma, todos ellos próximos al Casco Viejo: la Casa Galera, albergue de mendigos, y los conventos de los Ángeles Custodios y El Carmelo. Los hermanos son encarcelados en la Prisión Provincial de Larrínaga.
El 4 de enero de 1937, tras un bombardeo aéreo, una turba asalta las cárceles bilbaínas. En la prisión de Larrínaga se asesina a 57 presos. Entre ellos se encuentran 11 falangistas: José Antonio Canda Landaburu, José Ramón Isasi Aldama, Marcos Echeita o Fernando Llasera Adán de Yarza encuentran la muerte ese día. Gregorio Santos y su hermano corren mejor suerte al refugiarse en el tejado de la prisión, salvando de este modo la vida. Ese día murieron un total de 228 presos en los asaltos a los distintos edificios habilitados como cárcel.
Gregorio Santos permaneció cautivo en la cárcel de Larrínaga hasta marzo de 1937, fecha en la que es enviado a un reformatorio por ser aún menor de edad, del que logra huir y puede ocultarse hasta el día de la entrada de las tropas de Franco en Bilbao el día 19 de junio.
El 15 de julio de 1937 Gregorio Santos se incorpora como voluntario en la Brigada Mixta “Flechas Negras”, 4º Grupo Vizcaya 75/27, Batería 12 de artillería. Hay que recordar en este punto que el 20 de junio de 1937 entraban en Bilbao las fuerzas de la Brigada Flechas Negras, tras la caída de la capital vizcaína, por lo que es de entender su pronto alistamiento en dicha brigada.
Ya desde el 18 de agosto combate en el avance hacia Santander, aunque posteriormente la brigada es destinada a los frentes de Teruel (mayo de 1938) y Castellón (septiembre de 1938). El 28 de diciembre de 1938 ingresa en la Academia de Alféreces provisionales de artillería de Ávila, en la que termina el 20 de febrero de 1939 sus estudios, siendo destinado desde el 1 de marzo de ese año en la Milicia Nacional de FET y de las JONS.
Tras el final de la Guerra Civil prosigue la carrera militar, la cual la abandonaría pocos años después con la graduación de Teniente.
Como ya comentamos en la entrada sobre su hermano Angel, su compromiso con sus ideas supera las directrices oficiales y Santos, junto a sus hermanos, es uno de los falangistas bilbaínos que dieron apoyo a la viuda y a la huérfana de Juan José Domínguez, el falangista andaluz fusilado por los sucesos de Begoña en 1942, y fue de las pocas personas que acudió a su entierro en Derio, acompañado de sus hermanos Ángel Y Emilia.
Durante el franquismo siguió militando en las filas falangistas ocupando cargos en el partido único, como Secretario Provincial de las Falanges del Mar en 1943, Jefe de Distrito de Achuri en 1946, Delegado comarcal sindical en Basauri, desde 1956 Secretario Provincial de la Obra Sindical Educación y Descanso, en 1958 Inspector Provincial del Movimiento y en 1961 es nombrado Secretario de la Agregaduría Laboral de la Embajada de España en Río de Janeiro, Brasil, puesto que ocuparía hasta su jubilación, regresando posteriormente a Bilbao.
En 1939 se le concedió la Medalla de Hierro de la Villa de Bilbao y en 1940 la de la Diputación de Vizcaya. En 1943 y 1948, respectivamente, le fueron concedidas la Cruz de Caballero y la Encomienda con placa de la Orden de Cisneros al Mérito Político ; también ostentó la Medalla de Sufrimientos por la Patria, la Medalla de la Vieja Guardia con ángulo de primera línea, la Medalla de Campaña, la Medalla de la Paz de Franco, la Cruz Roja al Mérito Militar y la Cruz al Mérito en Campaña.
Gregorio Santos Crespo falleció mientras disfrutaba de unas vacaciones en Rio de Janeiro (Brasil) el día 14 de agosto de 1990 a los 71 años.
Azul Bilbao 1933 
Muy interesantes estos datos biograficos e historicos. ¿ Que sabe de Javier Martinez de Bedoya, joven que se afilio a las JONS, que fue intimo de Onesimo Redondo y se caso despues con su viuda, y que nacio en Bilbao vivio en llodio y Gernika-Lumo?
Txato Etxaniz
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Gracias por sus palabras, que se valoran más viniendo de quién vienen.
De Bedoya poco puedo aportarle. Antes de la guerra y en relación al nacionalsindicalismo, fue un político «vallisoletano». Estaba estudiando en la capital castellana cuando Redondo se empieza a organizar y colabora con él desde el principio.
Supongo que en periodos vacacionales vendría a Gernika o a Llodio de vacaciones, y que entre amigos y familiares haría algún tipo de proselitismo. Pero parece que la Villa foral no fue un terreno propicio para que prosperase la semilla azul, no habiendo encontrado ningún testimonio de militancia falangista anterior a la guerra. En Llodio sí hubo algunos militantes antes de la guerra, desconociendo si guardaron alguna relación con Bedoya.
Bedoya siguió a Ramiro Ledesma en lo que pretendió ser una escisión en enero de 1935 y quedó en una travesía del desierto. Quedando situado entre los malditos dentro de los malditos.
Tenemos pendiente revisar el «Memorias desde mi aldea», publicado postumamente en los noventa. Desde luego, en «Siete años de Lucha», que publicó tras la guerra, apenas se da importancia a su origen vasco.
Saludos
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Gracias por la respuesta. Precisamente, siguiendo sus memorias, muy precisas, efectivamente cuenta que fue depurado y hasta perseguido en algun momento por seguir a Hedilla cuando la unificacion. Y si, anteriormente, se fue de FE-JONS junto con Ledesma Ramos, acusando poco menos que de señoritos a los militantes madrileños. Efectivamente paso parte de los veranos en Gernika-Lumo al ser su padre notario en la villa foral, y aqui precisamente estaba el 18 de julio, siendo controlado por el Comite de Defensa de la Republica, siendo advertido de que huyera, curiosamente por un republicano a quien no tenia cariño alguno.
Sabemos que hubo varios falangistas locales, todo ellos estudiantes en Valladolid, y lo sabemos por testimonios orales, dado que se les recordaba por vestir uniforme.
Atentamente
Txato Etxaniz
grupo de Historia Gernikazarra
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